CIUDAD DE MÉXICO, 2 de octubre de 2018.- (Proceso)  El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, dijo que hay 799 heridos graves ingresados en distintos centros hospitalarios.

El aumento de la cifra de muertos se debe a que los equipos de rescate han entrado en zonas que estaban inaccesibles desde el viernes, cuando inició la catástrofe con un terremoto de magnitud 6.1 que mató a una persona e hirió a 20 y al que le siguió, tres horas después, el sismo de 7.5 y el tsunami.

Sutopo admitió que todavía hay áreas en esa parte de la región central de las Célebes en las que es difícil acceder.

“Hay algunos sitios a los que no podemos llegar, pero no muchos. En Donggala por ejemplo hay algunos distritos donde tenemos que enviar suministros en helicóptero”, corroboró en Palu el coronel Muhammad Thohir del Ejército indonesio.

Más de medio millón de damnificados

Más de un millón y medio de personas resultaron afectadas por los sismos y el tsunami.

Las labores de búsqueda de personas desaparecidas continuaron en las comunidades de Palu, Donggala y Pantolan, las más afectadas.

Algunos residentes regresaron a sus hogares para reunirse con sus familias y rescatar lo que queda de sus pertenencias.

Cerca de mil 500 rescatistas y soldados trabajan en la zona y ya encontraron sobrevivientes entre los escombros.

El número de cadáveres es tan alto que obligó a las autoridades a abrir fosas comunes para evitar riesgos sanitarios.