Vecinos se acusan de robarse los felpudos… Y no te imaginas quién era el autor
El robo de felpudos es algo habitual cuando se convive con otros vecinos en un mismo edificio o vecindario
Por El Confidencial
Los grupos de WhatsApp de vecinos pueden ser de lo más entretenidos y este caso, con final inesperado, pero feliz, lo demuestra. Parece que entre los residentes de esta urbanización del barrio Padilla de la provincia de Tucumán, en Argentina, hay buena relación, algo poco habitual. Hasta que un vecino dejó un mensaje preguntando si a alguien más le había desaparecido el felpudo.
“Buen día, vecinos. Les quería comentar, si a alguien le robaron la alfombra de la entrada del apartamento. Porque yo amanecí sin la alfombra de la entrada. Bloque 2, piso 2, departamento 104”. Así rezaba el mensaje, del que se puede ver una captura en la cuenta de Twitter de @MartuHaustein2, que no tardó en ser respondido por los vecinos, indignados con lo que había ocurrido.
Otro vecino denunció que a él también le había pasado lo mismo: “A mí también me robaron la alfombra hace como tres meses, departamento 77”. Parece ser que este suceso le había ocurrido a más inquilinos. El misterio se hacía más grande, porque no lograban dar con un culpable y nadie admitía ser el ladrón.
Tyson es el nombre del caco
Sin embargo, horas después, el mensaje de otra vecina arrojó luz al asunto. Esta vecina comentó que “ayer vi a una perrita bajando de la escalera, la tercera desde la diagonal del bloque 2”. Y el siguiente mensaje junto con una fotografía del sospechoso lo dejaba claro: “Con una alfombra en la boca”. Las pruebas eran irrefutables.
Horas después, se localizó al ladrón de cuatro patas. No se trataba de una perrita, sino más bien de un perrito de nombre Tyson. El acusado, con cara de inocente, es descrito por sus vecinos como “un rey, superbueno”. El dueño del susodicho ya se ha hecho cargo de la situación y ha devuelto los objetos sustraídos.
Parece ser que el perrito tenía antecedentes y era un ladrón reincidente que robaba sábanas, zapatillas y manteles. La comunidad de vecinos se lo ha tomado con humor y el asunto no ha pasado a mayores. Por su parte, los tuiteros han quedado enamorados de la ternura de Tyson, al que le perdonarían cualquier travesura.