¿Cómo usar un champú sólido? Trucos para hacerlo bien
Hace un par de temporadas llegaron a nuestras vidas unas pequeñas pastillas de 70 gramos ¡que dan hasta para decenas de lavados!
Por EL Confidencial
De un tiempo a esta parte en nuestras vidas aparece contantemente un producto de belleza de ‘reciente creación’. Desde hace unas temporadas, muchas marcas de productos capilares han añadido a sus catálogos unas pastillas de 70 gramos que se hacen llamar champús sólidos. Nos lo recomiendan como la forma ideal para lavar nuestro cabello, como la fórmula perfecta para viajar, que son una forma consciente de cuidar nuestro cabello… Una nueva rutina que incorporar a nuestras vidas. Pero ¿sabes realmente cómo se utiliza?
Los lineales de los corners se han llenado de estos pequeños cosméticos y sus variedades se adaptan a todo tipo de necesidades capilares. Es uno de los formatos más reclamados por las nuevas generaciones en una búsqueda por la coherencia en la compra: ahorras el plástico del envase y también agua al usarlos, supuestamente requieren menos aclarado. Además, cunden muchísimo más de lo que imaginas. Como nos cuentan desde Mi Rebotica: “Una propuesta decidida a combatir la generación de residuos y aumentar la conciencia del cuidado del medioambiente“. Amplía Begoña Gómez, experta en tratamiento de Yves Rocher: “El paso a esta textura exige cambiar algunos gestos, pero tu melena y el planeta te los agradecerán”.
Entre las ventajas y beneficios que te hemos enumerado de esta nueva forma de lavar el pelo, la más importante, quizá, es que es un producto que se fabrica con menos agua y, como nos explican los expertos de la firma Klorane, “no es necesario añadirle parabenos, emulsionantes, siliconas ni sulfatos, que, en cambio, sí contienen muchos productos de cosmética convencional y que pueden irritar o dañar la piel”.
De hecho, desde los laboratorios Pierre Fabre proponen algo innovador: “Pueden aplicarse incluso sobre el cabello seco, descubrirás los beneficios de la almendra y su riqueza en proteínas, los beneficios protectores del lino o el frescor antioxidante de la menta bio, todo ello adoptando un enfoque más ecológico”.
Pero en el caso de que empieces a usarlo de la manera clásica, desde La Chinata nos recomiendan: “Humedecer el cabello. Frotar el champú sólido sobre distintas zonas del cabello durante varios segundos. Una vez que el champú se haya frotado por todo el cabello, masajear todo el pelo con los dedos hasta la aparición de espuma”. No es necesario que esté completamente mojado. Como señala Begoña Gómez, “basta con humedecerlo. Tampoco es aconsejable poner el champú bajo el grifo, pues se gasta mucho producto”, aconseja la experta.
Aunque por su tamaño pueda indicar lo contrario, el champú sólido dura más y ocupa menos volumen. Según los expertos de Clarins, los 100 g del Shampooing Solide Nourrissant de su marca equivalen a 2 botellas de 250 ml de un champú líquido clásico. Lo que reduce el consumo y el impacto medioambiental de toda la familia, que se traduce en ahorro de dinero y en una menor huella de carbono (es decir, menos CO2 emitido) a la hora de transportarlo.
Como habrás podido observar, el packaging de estos productos no requiere plástico, normalmente van envueltos en un papel, el clásico que hemos observado toda la vida en las pastillas de jabón, contribuyendo a mejorar el medioambiente. La mayoría de firmas que se han decantado por esta opción envasan sus productos con un embalaje de papel kraft, biodegradable y sostenible en su fabricación, al no estar tan procesado como otros tipos de papel y los champús contienen ingredientes y fórmulas de jabonería tradicional. Son sostenibles y, en este caso, la base del jabón se obtiene mediante el proceso de saponificación de aceites naturales.
Como aconseja la experta de Yves Rocher, Begoña Gómez, “nuestro consejo es que seques bien la pastilla de champú antes de ponerla en la caja. Para ello, da la vuelta al recipiente y coloca la pastilla de champú encima hasta que esté seca. Después, guárdala en la caja y cierra herméticamente. Nunca la dejes en el borde de la bañera, pues se podría deshacer más rápido”.