De acuerdo con la información disponible, la acción habría sido obra de algún grupo del crimen organizado, que se habría comunicado la tarde del mismo lunes para exigir pago de derecho de piso. La familia se negó y entonces ocurrió el incendio.

El apoderado legal de Grúas Cuautla, Pedro Ramírez, quien además es hijo de la dueña, confirmó que alrededor de las 18:00 horas del lunes recibió una llamada telefónica en la que le exigieron un pago inicial de 60 mil pesos y luego una renta mensual de siete mil pesos para poder seguir operando el corralón “en paz”.

En caso contrario, la voz del otro lado del teléfono advirtió que incendiarían el corralón y eso le costaría más. El negocio, según contó el apoderado, fue iniciado por su madre hace más de cuatro décadas. Él se negó a pagar y colgó el teléfono.

“Me negué, me enojé y les colgué. Les dije que no les iba a dar nada. No recibí más llamadas. No recibí nada, pero tampoco fui con las autoridades porque en tantos años de trabajo me siento en un estado de indefensión porque no sé a quién acudir y estos son los resultados”, dijo apesadumbrado.

La noche del lunes, inició un incendio que consumió hasta 40% de los vehículos que se encontraban en el depósito. Al lugar acudieron bomberos y elementos de Protección Civil de los municipios de Ayala, Yautepec, Yecapixtla y Cuautla, así como de Chalco en el estado de México, sin embargo, no pudieron evitar las afectaciones al lugar.

“Cumplieron su amenaza, gracias a Dios no hubo víctimas, eso hubiera sido lamentable. Todo topó en cosas materiales. Sí es una pena porque es mi trabajo, no son cosas mías, son cosas de sus propietarios, finalmente yo tengo una responsabilidad con ellos, yo pago una póliza de seguro, yo cumplo muchas obligaciones como para que la delincuencia venga y nos haga esto”, lamentó.

Al lugar también llegaron elementos del Ejército mexicano y del Mando Único estatal. La familia afectada exigió acción de las autoridades contra la delincuencia. Pedro Ramírez, apoderado del sitio, informó que es la segunda vez que intentan extorsionarlo, sólo que esta vez los criminales sí cumplieron la amenaza.