Temen por su seguridad cuatro periodistas en Iguala
Omar Bello resaltó que Guerrero es una de las entidades más peligrosas para ejercer el periodismo en México
Ciudad de México, 7 de agosto de 2020.- (La Jornada) Tras el asesinato del periodista Pablo Morrugares y el ataque a las instalaciones del Diario de Iguala, al menos cuatro comunicadores de esa ciudad se encuentran en peligro de ser agredidos y necesitarían huir para salvar su vida, pero no lo han hecho debido a que el Mecanismo de Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas no les brinda garantías de que ellos y sus familias recibirán los cuidados que requieren.
Así lo afirmó Omar Bello Pineda, integrante de la Asociación Mexicana de Periodistas Desplazados y Agredidos, quien subrayó que Morrugares fue amenazado por un grupo delincuencial desde marzo pasado –junto con algunos de los reporteros que hoy necesitan salir de Guerrero–, y aunque las autoridades lo sabían, no protegieron a la víctima.
El activista y comunicador resaltó que Guerrero es una de las entidades más peligrosas para ejercer el periodismo en México, como lo demuestra el hecho de que, tan solo de 2015 a la fecha, siete reporteros han sido asesinados y 10 más han tenido que escapar a otros estados para no ser agredidos.
En este contexto, Bello recordó que el pasado 21 de marzo un grupo criminal que opera en Guerrero amenazó de muerte a Pablo Morrugares y otros periodistas a través de un video del cual las autoridades estatales y federales tenían conocimiento, sin que pusieran en marcha ninguna acción para protegerlos.
Debido a lo anterior, y a que el Mecanismo de Protección no les ha dado garantías de que cuidará de su integridad, los otros comunicadores amenazados no han salido aún de Iguala, a pesar del riesgo de sufrir un atentado contra sus vidas.
“La autoridad solo actúa cuando empiezan a matar a los compañeros, antes de eso, ellos lo ven como algo que ni siquiera va a pasar. En pocas palabras, el Mecanismo y todos los entes que supuestamente deben protegernos, no actúan hasta que la agresión ya ocurrió, no tienen un plan de prevención”, dijo.
Una de las consecuencias de esta situación, indicó Bello, es que los periodistas desplazados ya no regresan a su lugar de origen, o si vuelven, prácticamente nunca vuelven a ejercer su profesión para evitar ser agredidos, por lo que a final de cuentas su derecho a la libertad de expresión no es garantizado.
“El Mecanismo sólo es una solución paliativa. Es como si te dieran un mejoral cuando tienes un tumor en la cabeza. Con una medida temporal, tratan de resolver algo permanente, como es la desaparición y asesinato de los compañeros”, agregó.
De acuerdo con Bello Pineda, entre 1900 y 1999 hay registro de unos 70 periodistas asesinados en México, mientras que tan sólo en el sexenio de Felipe Calderón hubo 48 casos y con Enrique Peña Nieto, 47.