¿Por qué la luz del Sol no ilumina el espacio? Esto dice la ciencia
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de junio de 2024.- (ENSEÑAME DE CIENCIA) El ser humano es curioso por naturaleza, por ende, siempre estamos en búsqueda de nuevos conocimientos y de las respuestas a las miles de interrogantes que nos pasan por la mente, sobre todo, cuando somos niños. Es en esta etapa cuando queremos conocer todo lo que nos rodea y encontrar la respuesta a las preguntas que nos hacemos al no conocer prácticamente nada. De mayores, esta curiosidad disminuye, pero nunca desaparece, siendo este punto donde ya podemos buscar respuestas y soluciones por nosotros mismos.
Un tema que causa curiosidad infinita en personas de todas las edades es lo que hay en el espacio exterior. Todos, sin excepción, hemos volteado a ver al cielo a cualquier hora y nos hemos quedado fascinados por la belleza que hay en un cielo nocturno o un día soleado, llevándonos a cuestionarnos qué habrá más allá de lo que nuestros ojos alcanzan a percibir. Por supuesto, nos llama la atención lo que debe haber en el espacio y nos hemos hecho preguntas relacionadas con los cuerpos celestes que se encuentran en él. Y a pesar de que existen miles de estrellas y otros cuerpos en el espacio, nos asaltan dudas acerca de esos puntos brillantes que vemos en las noches despejadas.
Sin duda, una de las preguntas que muchas personas se han realizado en algún momento de su vida es, si existen tantas y tantas estrellas que desprenden enormes cantidades de luz, como nuestro Sol, ¿por qué la luz del Sol no logra iluminar el espacio? Es bien sabido que el aspecto del espacio es oscuro, y aunque se encuentre cerca de nuestra estrella, no hay manera de que tan solo una pequeña parte sea iluminada por la luz del Astro Rey. Justamente esta interesante pregunta, la formuló un niño y la envió a astronautas de la Estación Espacial Internacional. Y la respuesta a ella, es lo que te mencionaremos a continuación.
¿Por qué el Sol no logra iluminar el oscuro espacio exterior?
Empecemos describiendo al Sol. Nuestro Sol es una estrella, una fuente de luz que libera su energía en forma de radiación electromagnética, que emite en todas las direcciones. La mayor parte de esta radiación se emite en el visible, o sea, como un flujo de luz. La intensidad de la luz solar disminuye con el cuadrado de distancia, lo que quiere decir que un objeto que se encuentre al doble de distancia del Sol que la Tierra recibirá solamente un cuarto de su luz, debido a que el Sol proyecta un flujo finito de luz sobre un área esférica cada vez más grande.
En otras palabras, el espacio interplanetario que está cerca de la Tierra recibe un flujo de radiación parecido al que recibe nuestro planeta. Sin embargo, el Sol no puede iluminar el espacio como lo hace con la Tierra, debido a que no hay algo que refleje la luz solar. En la Tierra, lo que logra dispersar la luz son las partículas presentes en la atmósfera y por ello, el Sol ilumina la Tierra. Caso contrario al espacio, donde reina el vacío y no hay una sola partícula que disperse la luz. Esta explicación también aplica para saber por qué el cielo de la Tierra es azul y el de Marte es rojizo, al tener atmósferas distintas que dispersan de manera diferente la luz es que adquieren tonalidades variadas.