CUERNAVACA, Mor., 21 de agosto de 2018.- (Proceso)  En 2011 y 2017, Base 40 fue detenido en tres ocasiones y culpado de diversos delitos.

De acuerdo con las autoridades, a las 9:32 la policía recibió el reporte sobre un vehículo abandonado en Ahuatepec, con personas muertas en su interior. Elementos de la Policía de Investigación Criminal acudieron al lugar señalado y encontraron un automóvil Dodge Verna gris –con permiso de circulación de Guerrero–; al abrirlo hallaron los cadáveres de dos hombres y una mujer.

Uno de los cuerpos estaba en el asiento trasero y los otros dos en la cajuela. Todos presentaban señales de golpes y tortura. Más tarde fueron trasladados al Servicio Médico Forense para practicarles la autopsia e identificarlos.

Horas después, la fiscalía confirmó que una de las víctimas era Cándido Ramos Pérez, quien ocupó un lugar importante en el cártel de los Beltrán Leyva, y tras la muerte de Arturo Beltrán, El Barbas, conformó el Cártel del Pacífico Sur, que ejecutó a supuestos delincuentes a finales de la década pasada.

Los otros dos cuerpos correspondían a Luis Alberto, de 38 años, y Noelia Elena, de 35, de quienes no se dieron mayores datos.

De acuerdo con información policiaca, el 6 de junio de 2011 elementos de la Policía Federal (PF) detuvieron a Cándido Ramos Pérez en el kilómetro 71 de la autopista México-Cuernavaca, en compañía de otra persona, y lo identificaron como jefe de plaza del Cártel del Pacífico Sur en Cuernavaca.

En aquella ocasión se mencionó que Base 40 era considerado “presunto responsable de la logística para llevar a cabo plagios y homicidios contra integrantes de grupos antagónicos, coordinar la venta y distribución de droga, así como realizar extorsiones o cobro de piso en Morelos”.

En ese momento, la PF aseguró que el sujeto coordinaba a un grupo de aproximadamente 40 informantes o “halcones” que estaban distribuidos sobre la autopista federal México-Acapulco para advertir sobre los movimientos de las autoridades.

También se dijo que para entonces, Cándido Ramos, había cumplido una condena de año y medio en el penal de Atlacholoaya por delitos contra la salud. Era la segunda vez que se le detenía y ponía a disposición de la autoridad judicial.

Posteriormente, el 28 de julio de 2017, fue detenido por tercera ocasión, esta vez en el poblado de Ocotepec, al norte de esta ciudad, junto con otras cinco personas.

Ese día policías estatales recibieron una denuncia sobre la presencia de personas armadas en la carretera federal Cuernavaca-Tepoztlán, a bordo de una camioneta Explorer color arena. Los agentes ubicaron el vehículo y detuvieron a sus ocupantes. En el auto había rifles de alto poder y dosis de droga.