Desalojan poblado en Guerrero por socavones

Los moradores dicen que son responsabilidad de una vieja mina de oro y plata; exigen indemnización a la dueña

 

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Coyuca de Catalán, Gro., 16 de agosto de 2018.- (La Jornada)  Dos escuelas y siete viviendas de la comunidad de Pinzán Morado, en este municipio de la Tierra Caliente de Guerrero, fueron desalojadas y se hará lo mismo con 23 más en los próximos días debido a los daños estructurales que sufrieron a causa de la explotación minera que realizó durante 25 años la compañía La Calentana.

La operación de esa empresa para extraer oro y plata ha ocasionado en el poblado tres socavones, uno de ellos en el centro de la localidad, que mide 40 metros de diámetro y 100 de profundidad, indicó el comisario Filiberto García Maldonado.

En entrevista durante un recorrido que La Jornada realizó por la comunidad, de unos 400 habitantes, ubicada a 30 kilómetros de la cabecera municipal de Coyuca de Catalán, explicó que la mina La Calentana, propiedad de Elia Sánchez Cerda, explota oro desde hace 25 años, pero antes, hace 100 años, unos españoles eran sus propietarios. De aquí se extrae oro y plata.

La oquedad más grande se formó apenas el primero de julio pasado, luego de un periodo de tres años en el que la mina suspendió actividades. El día de las elecciones empezó a abrirse el socavón, pero antes, en mayo, se originaron otros dos.

Señaló que personal de Protección Civil municipal dijo a los lugareños que la operación de la empresa minera dejó muy débil el suelo y se sentó la mina unos 30 metros.

Agregó que se presume que por debajo del pueblo hay túneles en un tramo de dos kilómetros. Ya se fueron siete vecinos y en espera están otros 23. Hay temor de que se formen más socavones, por eso queremos que las autoridades municipales realicen un estudio.

Mencionó que los habitantes de Pinzán Morado solicitaron al gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, el envío de especialistas para que efectúen una revisión.

García Maldonado recordó que el socavón más grande empezó con un hoyito como de un metro; y por la tarde se hizo más grande, son casi cien metros de profundidad. Por lo pronto, además de las siete casas afectadas, también fue desalojado el kínder y la primaria del pueblo; ya no tenemos adónde mandar a los niños a la escuela.

Agregó que él trabajó en la mina 14 años. No me pagaron nada de indemnización, queremos meter una demanda, pero se pasó el plazo. No nos permitieron afiliarnos a ningún sindicato, los compraron para que no permitieran que nos afiliáramos; no pudimos sacarle nada, decía que nos pagaría una quincena sí y la otra no. Ella (la dueña, Elia Sánchez Cerda) vive en Ciudad de México y la localizaron a partir de que se abrieron los socavones.

Este miércoles se efectuó una mesa de diálogo en la que participaron un representante de la empresa La Calentana, un funcionario del gobierno estatal, el edil de Coyuca de Catalán, Juvenal Pineda, pero “ni siquiera nos invitaron, ni tomaron en cuenta.

Desde hace tres años cerró la mina y no nos han pagado salarios, ni las indemnizaciones; Filiberto afirmó que es un robo el que la minera hizo al pueblo durante los años que operó: Obtenía alrededor de 15 kilos de oro al mes y ahora dice que está pobre y que no tiene dinero para pagarnos. Y eso que hubo mineros heridos y muertos. Afirmó que Elia Sánchez pagaba a cada uno 70 pesos diarios: sacábamos 900 pesos a la semana, que incluía el tiempo extra y con derecho a préstamos de mil pesos.

Cirilo Castro, uno de los pobladores que tuvieron que abandonar su hogar por el enorme socavón, narró: nos agarró desprevenidos, de repente en la noche se escuchó un estallido; cuando se abrió había mucha agua y gases. Mi casa está a menos de cinco metros del hoyo, y me fui a otra casa que estoy rentando, son mil 500 pesos al mes, otros van a pagar 2 mil pesos.

Aseguró que la dueña de la mina quedó a deber a 150 trabajadores dos meses de salario y su indemnización. Nunca hubo beneficios para el pueblo, tampoco le pagaron lo justo a los trabajadores porque no les permitieron organizarse en sindicato.

Cirilo Castro refirió que la compañía La Calentada pagaba a la comunidad una renta anual de 30 mil pesos, una miseria, pues otras minas dan entre 30 y 40 por ciento de beneficios.

Los campesinos afectados van a solicitar a la minera que los indemnice por los graves daños causados por los socavones, no hemos pensado el monto, se tienen que evaluar los bienes que tenemos.

Sostuvo que Elia Sánchez también es concesionaria de otras dos minas de oro y plata, ubicadas en las comunidades Puerto de Oro y Placeres del Oro, también en Coyuca de Catalán.

La semana pasada el ayuntamiento presentó una denuncia de hechos en la agencia del Ministerio Público contra la empresa La Calentana por los daños causados por las tres oquedades.

Este lugar es uno de los más conflictivos de la Tierra Caliente: aquí se gestó la lucha en defensa de los bosques por parte de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Coyuca de Catalán y Petatlán, que costó la vida a 27 activistas y varios más desaparecieron.

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