Testimonio de veterano colaborador de la JAPAY

Ser lecturista, complicada pero gratificante tareaDe acuerdo con las instrucciones del gobernador Mauricio Vila Dosal, el director de la JAPAY, Lic. Sergio Chan Lugo, puso en marcha un plan para facilitar la tarea de los lecturistas, mediante el uso de moderno dispositivo conocido como “Hand Held”, cuyas características daremos a conocer en nota posterior.


El Lic. Chan Lugo hizo un reconocimiento a la entrega y desempeño de quienes realizan la complicada tarea de visitar miles de predios cada bimestre para levantar los reportes de consumo de los usuarios, y cuyas peripecias pudimos conocer a través de una plática con uno de ellos.


Don José Alberto Gil Noble es una de las personas con las que da gusto platicar sobre su trabajo, porque entiende la importancia del mismo y lo realiza con pasión, entrega y creatividad. El rostro de don José refleja la emoción que siente cuando narra de forma detallada y amena sus vivencias como lecturista de la JAPAY, empresa en la que labora desde hace 15 años.


¿Qué por qué considero importante mi trabajo? Repite la pregunta antes de responder, pues simple y sencillamente porque de la información que recabamos en campo depende la elaboración correcta de las facturas y del cobro adecuado del consumo de agua, lo que redunda en beneficio de la empresa y de los usuarios.


Don José Alberto señala que todos los días, muy temprano, para ganarle al sol, sale a recorrer la ruta asignada, que en una jornada puede incluir entre 250 o 380 predios, para levantar los informes sobre el consumo de los usuarios, una tarea aparentemente sencilla, pero que sin embargo puede tener complicaciones dependiendo del clima, la ruta asignada, y de las condiciones en que se encuentran los medidores de los predios que visita.


Cuenta que para desempeñar de forma eficiente su labor recorre su ruta equipado con un espejo, antenas, desarmador, agua y una brocha, entre otras herramientas, pues es increíble la cantidad de obstáculos que puede encontrar a la hora de tratar de leer los medidores, que a veces se encuentran en el interior del predio protegido por una reja, otras veces están rotos, sucios, son ilegibles, o bien están celosamente resguardados por un perro que el usuario ata en la caseta.


También hay casos en que los medidores están cubiertos por pilas de madera, bloques o bovedillas, que los usuarios no quieren que sean movidos de su sitio haciendo prácticamente imposible la lectura. En otras ocasiones los medidores están ubicados a 10 o 15 cm del piso lo que hace cansada la tarea del lecturista que tiene que inclinarse constantemente.


En algunos fraccionamientos, indica, se hicieron “tomas ahogadas”, es decir se colocaron debajo de la acera cubiertos por una pequeña tapa, que al ser removida para la lectura puede dejar al descubierto desagradables sorpresas, como excremento de perros, cabellos, arañas, iguanos y hasta culebras.


Para superar esos obstáculos es que don José Alberto recurre a sus herramientas, pues con su antena puede levantar la tapa de los medidores que están dentro de un predio con reja, con su espejo puede leer medidores que están de cabeza a que son muy difíciles de leer por la posición en que se encuentran, con el agua puede lavar los medidores que están muy sucios o con su desarmador puede abrir algunas tapas atoradas o cubiertas con alguna rejilla oxidada y con brocha puede sacudir o retirar la basura de algunas “tomas ahogadas”.


Sin embargo, eso no es todo, pues los lecturistas también tienen que lidiar con las inclemencias del tiempo como las elevadas temperaturas que vivimos en Mérida la mayor parte del año, o la época de lluvias que los fuerza a suspender sus tareas, no solo porque se mojan, sino porque los recibos que dejan en las rejas pueden mojarse y quedar en condiciones ilegibles para los usuarios.


Cuando tienen que suspender sus recorridos por las inclemencias del tiempo, a veces los lecturistas tienen que recorrer, en su siguiente jornada, los predios que le quedaron pendientes más lo que corresponden a la ruta del día en que continúan su labor.


También cuenta que hay rutas muy difíciles donde a veces son agredidos, o son predios de difíciles de ubicar o de acceso complicado, con caminos de terracería, etc.


Además, también padecen cuando sienten necesidad de ir al baño, pues no encuentran quien se los preste.Es por eso, que a pesar de todos esos obstáculos, da gusto platicar con don José Alberto, pues no cabe duda, y así lo expresa, que le gusta mucho su empleo y que lo considera de gran importancia para la empresa en que trabaja y para los miles de usuarios de la JAPAY.

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